En los años 50, ya había habido dos generaciones de Irlas pincel en mano, identificando con él, locales comerciales, lapidas o recreando imágenes decorativas de difícil trazo en paredes de edificios de la época, posteriormente, el pincel, paso a la mano de Jose Mº Irla Pi, fundador del actual taller, su gusto y creatividad dejaron imprenta al hecho indiscutible de la entrada de la tecnología, pero lejos de crear un conflicto artístico tecnológico, se ha producido una convivencia equilibrada, que pone de relieve el gusto por la estética adecuado a los tiempos que vivimos, eso da una imprenta especial aun negocio que sigue autodenominándose taller artesanal.
Contamos con 400m cuadrados en una nave adosada del polígono de Sant Lluís, divididos en dos plantas, 200m en planta baja con maquinaria de corte de planchas o perfilaría, con pulidoras, cámara de pintado, mesas de montaje y stock de material rígido; arriba,100m de la planta superior están destinados íntegramente al diseño, almacenaje de material gráfico en varios acabados, e instalación de plotters de última generación, ordenadores adecuados al diseño y manipulación de programas específicos, y el resto, a oficinas y despachos, en la entrada, estoy yo, justo arriba de la escalera, esperándoles para atenderles gustosamente.